Tener un mal día en una carrera o entrenamiento puede sentirse devastador, pero no define tu camino como corredor. En este artículo escrito por Club de Corredores, te contamos cómo superar un mal día de carrera desde un enfoque psicológico y emocional, con herramientas prácticas que fortalecerán tu motivación y resiliencia.
¿Por qué tenemos días malos al correr?
Todos los corredores —desde principiantes hasta profesionales— enfrentan jornadas frustrantes. Esto puede deberse a múltiples factores:
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Falta de descanso o mala recuperación.
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Expectativas poco realistas.
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Problemas personales o estrés acumulado.
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Condiciones climáticas adversas o alimentación inadecuada.
Pero más allá de lo físico, la mente juega un papel clave en cómo interpretamos y respondemos a esos momentos.

Reencuadra tu perspectiva: el poder de la mentalidad
Acepta el día difícil sin juzgarte
Una de las claves sobre cómo superar un mal día de carrera es aceptar que no todos los días serán perfectos. El rendimiento fluctúa y eso es normal. Lo importante es no dejar que un mal día se transforme en una etiqueta personal como “no soy bueno corriendo”.
Repite este mantra: “Un mal día no arruina todo mi progreso.”
Recuerda tus logros pasados
Haz memoria: ¿cuántas veces lo hiciste bien? Recuperar mentalmente esas sensaciones y momentos de éxito reactiva la motivación y contrarresta la frustración.
Estrategias mentales para corredores resilientes
Técnica 1: Visualización positiva
Antes de tu siguiente salida, dedica 3 minutos a imaginarte corriendo fuerte, relajado y feliz. Cierra los ojos, respira hondo, visualiza el entorno, tus pasos, tu energía.
Este ejercicio activa redes neuronales relacionadas con la autoconfianza, ayudando a reconectar con tu propósito.
Técnica 2: Diálogo interno constructivo
Evita frases como “soy un desastre” o “no sirvo para esto”. Cámbialas por:
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“Estoy aprendiendo a manejar estos días.”
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“No todo salió mal hoy.”
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“Estoy más cerca de entenderme como corredor.”
Estos mantras mentales fortalecen tu foco emocional y son un componente esencial en la psicología del running.
Ajusta tus expectativas, no tu valor
Tu meta debe ser flexible
¿Querías bajar tu tiempo y saliste más lento? Ajusta el objetivo y haz foco en otra cosa: técnica, respiración, disfrutar el paisaje. Esto mantiene tu mente abierta y reduce la presión.
Además, los corredores que sostienen la motivación para corredores a largo plazo no son los que nunca fallan, sino los que aprenden a adaptarse sin dejar de moverse.
Hábitos que previenen bloqueos emocionales
Integra el running como hábito, no solo motivación
La motivación fluctúa. Lo que te sostiene es el hábito. Tener horarios definidos, ropa lista, y rutinas simples ayuda a reducir el desgaste emocional. Salir, aunque no tengas ganas, suele reactivar tu energía.
Rodéate de una comunidad que te apoye
Participar en un club de corredores, como el nuestro, multiplica tu compromiso emocional. Compartir frustraciones, consejos y pequeños logros ayuda a normalizar los días bajos y celebrar los avances.
Qué hacer justo después de un mal día corriendo
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Escribe lo que pasó. Lleva un diario: ¿Qué sentiste? ¿Qué aprendiste?
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Haz algo que disfrutes. No castigues tu cuerpo ni tu mente.
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Descansa bien. Muchas veces, solo necesitas dormir mejor.
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Planifica tu próxima salida con suavidad. Baja la exigencia.
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Habla con otros corredores. Compartir experiencias es terapéutico.
No estás solo: cada paso cuenta
Saber cómo superar un mal día de carrera no es solo una herramienta útil: es una habilidad emocional que te acompaña dentro y fuera del asfalto. El running es un viaje, no una línea recta. Abraza tus altibajos con compasión y compromiso.
Te invitamos a seguir aprendiendo sobre entrenamiento y mentalidad en nuestra revista digital y a unirte a nuestras actividades presenciales en comunidad.
Preguntas frecuentes (FAQs)
¿Es normal tener días malos al correr?
Sí. Todos los corredores los tienen, incluso los profesionales. Lo importante es no dejarse desmotivar y aprender de la experiencia.
¿Debo seguir entrenando después de una mala carrera?
Sí, pero de forma flexible. Escucha tu cuerpo, baja la intensidad y enfócate en recuperar tu entusiasmo.
¿Cómo afecta la psicología del running al rendimiento?
Mucho. La mente influye en la percepción del esfuerzo, la tolerancia a la incomodidad y la capacidad de mantener la constancia.
¿Qué hago si pierdo la motivación para correr?
Revisa tus objetivos, cambia rutinas, conéctate con una comunidad y recuerda por qué empezaste a correr.
¿Un mal día arruina mi progreso como corredor?
No. Un mal día es solo una parte del proceso. Tu evolución depende de la constancia, no de la perfección.