A la hora de escoger un par de tenis, lo primero en lo que nos fijamos es en la silueta, los colores, la marca y en detalles estéticos, pero cuando eres un corredor lo que buscas en tu calzado cambia radicalmente. El “look” queda de lado y lo que priorizamos es la amortiguación, la comodidad y
que la zapatilla se amolde perfectamente a nuestros pies. Pero quizá la primera característica que debemos de fijarnos es en el tipo de pisada.
Todos somos distintos, y eso no exenta a nuestros pies, pues cada persona puede tenerlo de distintas formas. A esto se debe que tengamos distintas maneras de plantar los pies al suelo y pisar diferente. Algunas personas plantan todo el pie, mientras que otras tienen más apoyo de un lado o en el talón.
Es por esta razón que debemos adquirir una zapatilla que se adecue a nuestro tipo de pisada. Usar un calzado incorrecto nos puede provocar lesiones, desde los pies hasta la cadera, ya que nuestro soporte termina por no ser el adecuado. Tener el par de tenis correcto no solo reducirá las posibilidades de lesionarte pero ayudará a que tengas la postura correcta y que la actividad física que realices sea más eficiente, sobre todo si ésta es correr.
Hay tres tipos de pisadas diferentes: neutral, pronador y supinador. Cada una es distinta y es necesario que acudas con un especialista para saber con exactitud cuál es la tuya. Aquí te dejamos la descripción de cada una para que puedas identificarla más fácilmente.
Neutral: Es el tipo de pisada más común y del que encontrarás zapatillas más fácilmente. Esta pisada se caracteriza por ser recta y no tener un apoyo especial en alguna parte del pie en particular, sino que el apoyo se distribuye uniformemente en toda la planta del pie.
Las zapatillas neutrales se enfocan más en la flexibilidad de sus materiales. Usualmente se pueden doblar y mover con facilidad lo que ofrece más libertad al pie a la hora de moverse. Las suelas tienden a ser más delgadas, ofreciendo amortiguación pero menor soporte.
Un ejemplo perfecto son los modelos de Nike, el Nike Free, enfocado a la flexibilidad con una silueta muy discreta, y el Air Zoom Pegasus, que ofrece mayor amortiguación.
Pronador: Una pisada de este tipo se distingue porque la persona se apoya con mayor fuerza en la parte interna del pie. Esto causa que los tobillos se metan hacia adentro y que las rodillas se junten al correr. Es común que corredores con esta pisada sufran de lesiones en el pie y rodilla si no usan el calzado adecuado.
En este caso las zapatillas presentan un mayor tamaño en la suela, principalmente en el borde interno de ésta, ofreciendo más elementos para estabilizar la pisada. Además el calzado suele ser un tanto más rígido sin la flexibilidad de la mayoría de los neutrales.
El GEL-KAYANO de ASICS es el ejemplo perfecto de un modelo de tenis para pronador, pero hay otros modelos como el Ultra Boost ST de Adidas que se enfocan en estabilidad y que sirven para corredor con mayor pronación de lo normal.
Supinador: Es lo opuesto al pronador, pues en esta pisada el apoyo recae en la parte externa del pie. A diferencia de las otras dos, la pisada supinadora es más fácil de distinguir por la forma cóncava del pie haciendo que el impacto de la pisada se genere en la parte delantera y el talón.
Los corredores con esta pisada tienden a sufrir de lesiones en la cadera y rodillas, pues al correr con las piernas separadas se afecta la postura en general.
No hay mucha oferta de tenis enfocada a la pisada supinadora, esto debido a un supinador puro rara vez se dedicaría a correr. Por ello los modelos existentes van enfocados a corredores que son supinadores parciales.
Para ejemplo de ello, uno de los modelos más populares para supinadores es el GEL-NIMBUS de ASICS, una zapatilla de pisada neutra, pero que ofrece mayor amortiguación de lo normal, sobre todo en el talón. Otra opción es el Air Zoom Vomero de Nike, el cual ofrece soporte extra en el arco del pie y en la parte trasera.