Desde Club de Corredores, te explicamos ¿Por qué es importante la alcalinidad? en nuestro cuerpo y cómo influye directamente en el rendimiento físico, la salud general y la prevención de enfermedades.
El pH es una manera de medir el grado de acidez o alcalinidad de una sustancia, por ejemplo, todos los alimentos, bebidas, el cuerpo, la sangre y otras sustancias tienen un valor de pH.
El cuerpo humano genera ácidos las 24 horas del día. La orina, heces, la grasa corporal e incluso el dióxido de carbono que exhalamos son ácidos, al igual que todas las células generan ácido todo el tiempo aún estando en reposo. Pero la mayoría de nosotros agravamos nuestra acidez con el estrés, el consumo de azúcar, refrescos, café, comida chatarra, alcohol y tabaco, por lo que el cuerpo necesita eliminar todos estos ácidos lo más rápido posible, ya que son tóxicos y dañinos para el cuerpo.
Cuando se acumula ácido en el cuerpo, éste se hace más propenso a infecciones respiratorias, genera gota, hígado graso, pie de atleta, el hongo cándida, problemas digestivos, glaucoma, cáncer y muchas otras condiciones no agradables. Pero el cuerpo es una máquina increíble que siempre buscará la manera de mantener sus niveles de ácido dentro de los rangos normales para mantenernos sanos. Para poder hacer esto, el cuerpo necesita sustancias alcalinas para NEUTRALIZAR los ácidos y así procesarlos para eliminarlos y que no hagan daño.
¿Por qué es importante la alcalinidad para la salud?
Ayudar al cuerpo a neutralizar los ácidos es crucial. Entre más alcalinos sean nuestros alimentos, más vamos a ayudar al cuerpo a deshacerse de los ácidos y balancear el pH. Las frutas, verduras frescas, granos, legumbres, algunos aceites naturales e incluso hay aguas y bebidas alcalinizadas que otorgan este beneficio a nuestro organismo. Además, el agua es indispensable para el rendimiento físico, ya que ayuda al cuerpo a eliminar ácidos y toxinas, mejorando su equilibrio interno.
Factores que afectan el equilibrio ácido-alcalino
El estrés, una dieta poco equilibrada y la falta de hidratación adecuada son factores clave que agravan la acidez en el cuerpo. Sin embargo, introducir alimentos para un mayor rendimiento físico, como frutas y verduras frescas, puede marcar una gran diferencia en cómo el cuerpo regula su pH.

Estrategias para mejorar la alcalinidad corporal
Incorpora más alimentos alcalinos en tu dieta
Aumenta el consumo de vegetales de hoja verde como espinacas, kale y acelgas, que son ricos en minerales como el calcio, magnesio y potasio, esenciales para mantener el pH del cuerpo en equilibrio. Los aguacates, además de ser una excelente fuente de grasas saludables, ayudan a reducir la acidez y proporcionan una buena cantidad de fibra. También incluye frutas cítricas como limones, naranjas y pomelos, que, a pesar de su sabor ácido, tienen un efecto alcalinizante una vez digeridos.
Reduce alimentos procesados, azúcares y bebidas alcohólicas
Los alimentos altamente procesados, que incluyen comidas rápidas, snacks empacados y productos con alto contenido de azúcares refinados, pueden acidificar el cuerpo, alterando el equilibrio ácido-base. Evitar el exceso de azúcares y productos artificiales es clave para mantener una alcalinidad óptima. De igual forma, las bebidas alcohólicas pueden interferir con el funcionamiento adecuado del sistema digestivo y alterar el pH del cuerpo, por lo que es recomendable limitarlas.
Mantén una correcta hidratación con agua alcalina o mineral
El agua es fundamental para mantener el equilibrio interno del organismo. Beber agua alcalina o mineral puede ayudar a neutralizar el exceso de acidez en el cuerpo, favoreciendo un pH equilibrado. El agua alcalina contiene minerales como calcio, magnesio y bicarbonato, que son beneficiosos para la salud ósea y celular, y ayudan a mejorar la función renal, favoreciendo la eliminación de toxinas.
Realiza actividades físicas regularmente
El ejercicio físico es crucial para mejorar la alcalinidad del cuerpo. Al hacer actividad física, el cuerpo elimina toxinas y ácidos a través del sudor, lo que ayuda a mantener el pH equilibrado. Además, el ejercicio favorece la circulación sanguínea, lo que facilita la oxigenación de las células y reduce la acumulación de ácidos en los tejidos. Opta por actividades como yoga, caminatas, trotes suaves o entrenamientos de fuerza para lograr un impacto positivo en el equilibrio ácido-base.